Versos para Maelo en su 80 Aniversario

Lil Rodríguez
Y él, que creía que solito iba a estar cuando muriera;
que había sido incomprendido
y que nadie lo había querido como era.
Y él, que creía que si miraba una estrella dejaba de brillar
y que si tocaba una flor se iba a marchitar,
y que tenía una suerte tan negra como él,
que nada era...
Maelo se equivocó de cuajo con su premonición.
Los que nos quedamos solos fuimos nosotros,
sus melómanos confesos,
que aprendimos de él la irreverencia,
la altanería asociada a la raza,
la altivez como sinónimo de dolor, y de sabor.
Somos nosotros los que hemos visto dejar de brillar
a mas de una estrella de opaca luz
y hemos visto marchitarse flores,
nunca tan rojas como a las que él cantó.
Suerte negra la de nosotros,
los que no tenemos ahora a Maelo
alzando su voz ronca y
enarbolando su santero “Ecuajei”
en favor de la esperanza.
La creatividad parece que se fue con él
o se declaró en huelga a su muerte.
Porque lo cierto es que Maelo brilla
cada vez mas en este universo desolado
donde ha ganado terreno la mediocridad.
¿Se dará cuenta Ismael Rivera?
Los incomprendidos ahora somos nosotros.
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MAELO SIN CALLE CALMA
Sergio Santana A.
Ya no caminas con calma por la Calle Calma
-hoy lleva tu nombre Maelo Mayor-,
tampoco se oye el grito
de tu sempiterno ¡ecuajey!
Sólo nos acompaña el eco
de sus estertores
que se pierden en las noches frías de San Juan sin ti.
En la viudez de la bomba y la plena,
no quieren sonar los tambores del ayer,
no aceptan las ausencias, cuando la noche florece.
Ahora con más ímpetu huracanado
tu voz sonera -mayor para más señas-,
quedó en el recuerdo a 33 r.p.m.
en decenas de grabaciones.
Ismael, Maelo, Sonero superior…
Tu, que le viste la cara a Severa,
que no quisiste ir
al entierro del Negro Bembón.
Ahora, en tu irreverencia etérea
y en tu paso terrenal,
como sabio de esquina,
nos preguntamos:
¿Qué te faltará para el tumbao celestial?
Tu voz Caribe
mezcla de bomba, plena,
guaracha y guaguancó,
ahora no navegará por sus mares dispares.
Huirán a los nuevos rumbos con tumbos
de ese cantar maravilloso
que supiste predicar.
Supremo babalao de profesión esperanza.
¿Ahora qué? Maelo Mayor
Sin más que los discos negros
con tu voz negra almibarada
en medio de las lindas caras
de tu gente prieta…
¿Ahora que? ¡Insisto!
A gozar de tus discos
a mordiscos…
¡Chumaracacera maquinolandera!
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