viernes, 29 de julio de 2011
jueves, 28 de julio de 2011
Visitando Altares
A propósito de que el 2011 ha sido declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como el “Año Internacional de la Afro descendencia”, mediante la resolución 64/169 “Con miras a fortalecer la cooperación regional e internacional en beneficio de los afrodescendientes en relación con el goce pleno de sus derechos económicos, culturales, sociales, civiles y políticos, su participación e integración en todos los aspectos políticos, económicos, sociales y culturales de la sociedad, y la promoción de un mayor conocimiento y respeto de la diversidad de su herencia y su cultura”.Paul Austerlitz y su Quinteto & la Cofradía de los Congos de Mata de los Indios, han querido aportar un granito de arena dentro del gran abanico de actividades que celebran la afrodescendencia y realizar “Visitando Altares”, decir popular, usado para significar las visitas a lugares múltiples.
Estas presentaciones tienen como objetivo llevar las fusiones de jazz con ritmos dominicanos y haitianos (música afro-descendiente) como el pri-pri, los palos, el merengue, el gaga y el balsie, a lugares donde tradicionalmente éstas fusiones no llegan, es por ello que Paul Austerlitz y su quinteto, compartirán éstos ritmos en barrios, comunidades, pueblos; en sus calles; centros culturales, entre otros espacios, donde la gente común del pueblo, que no siempre tiene asequible los conciertos de jazz, pueda entrar en contacto con los aires de libertad y reexaltación de la negritud que le trae el jazz, ésta vez, fusionado con su propia música.
Fruto de sus investigaciones, Austerlitz, doctorado en etnomusicología, reseñó tanto en su libro “Merengue: música e identidad dominicana, como en la conferencia que departió recientemente en el IV Congreso de Música del Caribe, dijo que: “A medida que más investigaba la cultura dominicana, más entendí que aunque este es un país afro-americano, mucha gente aquí prefiere desligarse de sus herencias afro”.
También “encontró que muchos dominicanos burgueses consideraban al jazz como una manifestación cosmopolita y un marcador de estatus social”.
Siendo los orígenes del Jazz totalmente diferente: “el jazz, siendo una música sincrética norteamericana, comparte tantas influencias de música clásica europea como de la africana. Procediendo de la cultura afro-norteamericana, el jazz representa una alternativa a la cultura anglo-sajona y dominante en los EEUU”.
Estos conciertos serán dedicados al fenecido, saxofonista y virtuoso dominicano, afrodescendiente Mario Rivera, a quienes Paul Austerlitz y otros investigadores, señalan que fue el primer músico dominicano en fusionar jazz con palos (instrumento de herencia africana). El Maestro Mario trabajó por más de cuarenta años en la ciudad de Nueva York y desarrollo una intensa vida artística donde subía a escenario con glorias como Tito Puentes y Dizzy Gillespie, entre otros. Ejecutante de más de 24instrumentos musicales, dentro de ellos la tambora, de la que dijo: “que la tambora tiene posibilidades de ser un instrumento virtuoso, como las congas y los timbales”.
En una entrevista que tuvo con Austerlitz le dijo: que el conoció los palos cuando era niño: su abuela fue servidora de misterios que trabajaba con Metresilí, y en pocos años, Mario asistiría a fiestas de misterios: “Mi abuela fue curandera quien preparaba medicinas tradicionales. Trajeron esta santa, la Dolorita ”. “Las procesiones yo la veía cuando fui un niño. En ocasiones fuimos y amanecimos en ceremonias y ellos cantaban y tocaban palos”.
miércoles, 27 de julio de 2011
Podcast 45. A propósito de la visita de Dave Valentin a Santo Domingo
Tómenlo como un calentamiento. A continuación les ofrecemo una selección que muestra diferentes acápites de la carrera de Dave Valentín, como cuando su flauta se unió, en 1977, al sonido de los trombones del fascinante Conjunto Libre, con un capítulo de su paso por Caribean Jazz Project y colaboraciones con Tito Puente.
Escuchen este podcast desde este blog o descárguenlo y disfrútenlo cuando el tiempo se lo permita. Y recuerden que Dave Valentin estará en Santo Domingo el próximo 3 de Agosto con una propuesta cautivadora como son sus puestas en escena.
Escuchen este podcast desde este blog o descárguenlo y disfrútenlo cuando el tiempo se lo permita. Y recuerden que Dave Valentin estará en Santo Domingo el próximo 3 de Agosto con una propuesta cautivadora como son sus puestas en escena.
Programa
1-Cat Tale
2-Flauta y Timbal-Con Tito Puente.
3-Donna Lee-Con el Conjunto Libre
4-El guarachero intrigozo-Con Caribean Jazz Project
5-Bemsha Swing-Con Caribean Jazz Project
6-Danzón for my Father
7-Descarga Canelón
8-Black Bird
9-Obseción-Con Tito Puente’s Golden Latin Jazz All Stars
1-Cat Tale
2-Flauta y Timbal-Con Tito Puente.
3-Donna Lee-Con el Conjunto Libre
4-El guarachero intrigozo-Con Caribean Jazz Project
5-Bemsha Swing-Con Caribean Jazz Project
6-Danzón for my Father
7-Descarga Canelón
8-Black Bird
9-Obseción-Con Tito Puente’s Golden Latin Jazz All Stars
Descarga este podcast AQUI.
Que fea en el tope estas, dominicana bandera
(Por Alexis Méndez)
Aquella mañana me encontré con un triste espectáculo, el cual me aportó la primera nota desafinada del día; y digo la primera, porque en una sociedad tan mecánica y donde la falta de civismo es lo normal, cada minuto es un desconcierto.
En el odioso trayecto que me lleva de Santo Domingo Este al Distrito Nacional, me encontré con dos individuos que pretendían izar la bandera. Uno de ellos portaba un teléfono móvil en una de las manos, lo que significaba un obstáculo en su maniobrar. De repente, el aparato telefónico se le iba caer, lo que le llevó a cometer el acto que me hizo estallar.
-Oye, fíjate en lo que estas haciendo-le grité fuerte cuando vi que el tipo había colocado la bandera en el suelo para entrar su BB en uno de los bolsillos del pantalón. En ese mismo momento su compañero preguntó quien era yo para hablarles en ese tono. Luego el otro respondió que yo era un “Malcriao”, vocablo que me confirmó que eran dos militares, de esos que el trujillismo le abunda en el ADN. Pero no quiero desviarlos con el acalorado diálogo que tuve con semejantes personajes. Vallamos al punto que me motivó a escribir lo que ahora leen.
Pensé que algo peor que eso no podía pasarme en el resto del día. Pero me equivoqué, pues a partir de ese momento, me dio por observar todas las banderas que me encontraba en el camino y descubrí que en el tope de las astas ondean trapos descoloridos y rotos, deshilachados y con la suficiente apariencia para desacreditar a cada dominicano. En ese momento pensé en Juan Pablo Duarte, y me dió verguenza ajena.
Lo peor de todo es que las más feas pertenecían a instituciones públicas. Pero de igual manera, desde la carretera Mella de Santo Domingo Este, hasta el Centro de los Héroes del Distrito Nacional, pasando por el Faro a Colón, la Av. Del Puerto y la George Whashington, no visualicé una bandera en buenas condiciones.
Con aquel panorama quedé convencido de que urge una inversión por parte del Estado dominicano, destinada a un programa de supervisión y reemplazos de banderas, donde se tome en cuenta el tiempo que estas deben permanecer a la intemperie en buenas condiciones. El mismo puede incluir un proyecto de educación ciudadana que mucha falta nos hace a todos, empezando por los gorilas de aquel día. Por supuesto, la supervisión debería incluir un sistema de notificación a las instituciones privadas que también utilicen banderas en malas condiciones.
Pienso que una inversión de esa naturaleza tiene un costo mensual menor que lo invertido en viáticos para ministros y viceministros. Y menor que lo invertido en combustibles para funcionarios. Mucho menor que el costo de esos talleres internacionales donde nos constituimos en anfitriones glamorosos.
Este toro tiene muchos cuernos por donde agarrarlo pero hay que iniciar por uno, o algunos.
Aquella mañana me encontré con un triste espectáculo, el cual me aportó la primera nota desafinada del día; y digo la primera, porque en una sociedad tan mecánica y donde la falta de civismo es lo normal, cada minuto es un desconcierto.
En el odioso trayecto que me lleva de Santo Domingo Este al Distrito Nacional, me encontré con dos individuos que pretendían izar la bandera. Uno de ellos portaba un teléfono móvil en una de las manos, lo que significaba un obstáculo en su maniobrar. De repente, el aparato telefónico se le iba caer, lo que le llevó a cometer el acto que me hizo estallar.
-Oye, fíjate en lo que estas haciendo-le grité fuerte cuando vi que el tipo había colocado la bandera en el suelo para entrar su BB en uno de los bolsillos del pantalón. En ese mismo momento su compañero preguntó quien era yo para hablarles en ese tono. Luego el otro respondió que yo era un “Malcriao”, vocablo que me confirmó que eran dos militares, de esos que el trujillismo le abunda en el ADN. Pero no quiero desviarlos con el acalorado diálogo que tuve con semejantes personajes. Vallamos al punto que me motivó a escribir lo que ahora leen.
Pensé que algo peor que eso no podía pasarme en el resto del día. Pero me equivoqué, pues a partir de ese momento, me dio por observar todas las banderas que me encontraba en el camino y descubrí que en el tope de las astas ondean trapos descoloridos y rotos, deshilachados y con la suficiente apariencia para desacreditar a cada dominicano. En ese momento pensé en Juan Pablo Duarte, y me dió verguenza ajena.
Lo peor de todo es que las más feas pertenecían a instituciones públicas. Pero de igual manera, desde la carretera Mella de Santo Domingo Este, hasta el Centro de los Héroes del Distrito Nacional, pasando por el Faro a Colón, la Av. Del Puerto y la George Whashington, no visualicé una bandera en buenas condiciones.
Con aquel panorama quedé convencido de que urge una inversión por parte del Estado dominicano, destinada a un programa de supervisión y reemplazos de banderas, donde se tome en cuenta el tiempo que estas deben permanecer a la intemperie en buenas condiciones. El mismo puede incluir un proyecto de educación ciudadana que mucha falta nos hace a todos, empezando por los gorilas de aquel día. Por supuesto, la supervisión debería incluir un sistema de notificación a las instituciones privadas que también utilicen banderas en malas condiciones.
Pienso que una inversión de esa naturaleza tiene un costo mensual menor que lo invertido en viáticos para ministros y viceministros. Y menor que lo invertido en combustibles para funcionarios. Mucho menor que el costo de esos talleres internacionales donde nos constituimos en anfitriones glamorosos.
Este toro tiene muchos cuernos por donde agarrarlo pero hay que iniciar por uno, o algunos.
martes, 26 de julio de 2011
Gracias Joe
(Por Alexis Méndez)
Te llegó la hora de partir, y a pesar de la tristeza que reina entre el pueblo colombiano y en muchos amantes de la música…de tu música, se siente un espíritu de agradecimiento por lo que tanto diste.
Tu canto, sinónimo del sentir del pueblo llano es motivo de orgullo para cualquier latino, pues tú, Álvaro José Arroyo, fuiste y serás símbolo de autenticidad, esa que en cualquier lugar de nuestra América Latina debe permanecer.
Es la misma autenticidad que aportaste y que te convirtió en co-autor de una salsa con ropaje colombiano, o la misma que sacó a flote el folclore de la costa Caribe de tu país para enseñárnoslo a muchos.
Gracias por tanto talento. Vivirás en el timbre de tu voz, en cada ritmo que adoptaste y en ese pregón que sintonizó con todo los salseros de cualquier rincón. Es por todo eso que debemos gritar que viviste como un millonario, si tomamos en cuenta que la identidad es el mayor tesoro de un ser humano. Eso a ti te sobró.
Tu canto, sinónimo del sentir del pueblo llano es motivo de orgullo para cualquier latino, pues tú, Álvaro José Arroyo, fuiste y serás símbolo de autenticidad, esa que en cualquier lugar de nuestra América Latina debe permanecer.
Es la misma autenticidad que aportaste y que te convirtió en co-autor de una salsa con ropaje colombiano, o la misma que sacó a flote el folclore de la costa Caribe de tu país para enseñárnoslo a muchos.
Gracias por tanto talento. Vivirás en el timbre de tu voz, en cada ritmo que adoptaste y en ese pregón que sintonizó con todo los salseros de cualquier rincón. Es por todo eso que debemos gritar que viviste como un millonario, si tomamos en cuenta que la identidad es el mayor tesoro de un ser humano. Eso a ti te sobró.
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