¿Qué hacer ante esta maldita impotencia? Yo que no tengo dinero para visitar los complejos turísticos de la República Dominicana, que soy un tipo común, o mejor dicho un pobretón.
Lo único que puedo hacer es montarme en una guagua, con una hoya de espaguetis, una funda de pan y un pote de ron, para visitar la playa o el río que se me ocurra. Así puedo apalear el calor que me da por la alta temperatura y las asquerosidades de los políticos, que solo buscan su beneficio personal, aunque con esto embarren a la mayoría.
Pero ahora ni eso podré hacer, porque a los malditos congresistas se les ha ocurrido-Dizque en tercera lectura-aprobar una vaina que me prohíbe tener libre acceso a mis playas y mis ríos.
Que sinfonía más patética…que melodía más desafinada.

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