Queremos compartir con ustedes este escrito que encontramos en la página dedicada a la educación inicial. La importancia del mismo, nos lleva a poner este blog a disposición, para que sirva de vínculo.
Se trata de un trabajo de investigación que se refiere a la importancia de incluir la educación musical en la educación inicial de los niños. Este material es un esfuerzo conjunto de Paola Lazan, Gisell Burton y Carolina Goldstein.
Introducción:
Cuando se nos planteo la responsabilidad de realizar un trabajo que tratara sobre este tema, reflexionamos, y debatimos mucho, sobre la mejor manera de realizarlo. Por momentos se tornó complicada la tarea, pero luego después de recabar mucha información, leerla, hacer una selección de lo mas importante, pudimos ir armando un marco teórico.
Pero como la tarea del docente en la sala de nivel inicial, no es solamente bajar contenidos, surgió la idea de plantear algunas actividades, juegos, de manera que uno pudiera comenzar a ampliar el espectro a nivel de las posibilidades con las que cuenta un docente para trabajar esta disciplina. En muchos casos, en las salas los docentes no saben como enseñar música, o se remiten a realizar siempre las mismas actividades. Lo importante es descubrir la necesidad que el docente sea responsable en su tarea como educador, y transmisor de placer por la escucha, o por la producción. Es responsable de la incentivación, estimulación de los niños. ¡qué responsabilidad más grande!, ¿no?. Creemos que nada mejor que poder ver a través de estas hojas y de la investigación, y la capacitación constante la mejor forma de poder trasmitir la música. Los invitamos a que puedan hacer un acercamiento a lo que consideramos que es la relación de la maestra jardinera y la música, los contenidos y las actividades, la forma de bajarlos en las diferentes edades.
La música
La música puede considerarse una forma de lenguaje en la que la función expresiva es una de sus manifestaciones fundamentales. La música ha adquirido el valor de un instrumento de comunicación masiva que llega y moviliza a los seres de cualquier edad, condición social o recursos económicos Edgar Wilems dice que, “la música favorece el impulso de la vida interior y apela a las principales facultades humanas: la voluntad, sensibilidad, amor, inteligencia, imaginación creadora.”
Los niños y la música.
Los niños disfrutan de la música, gustan de ella. Se emocionan al ir experimentando emociones, sentimientos, gozando con los sonidos, que oyen y producen. Es un lenguaje que permite que los niños se comuniquen con el interior de sus sensaciones, y a la vez entre ellos. Pueden hacer música, pueden expresar a través de sus composiciones e improvisaciones, con sencillos materiales los sonidos que mejor comunique lo que sienten. Es en el contacto con los otros niños y con la docente que se enriquece este don musical que el niño posee. Se puede acrecentar la evolución de capacidades naturales, y la construcción progresiva del conocimiento, sin olvidarnos del goce , y la vivencia, puesta al servicio de la creación musical. La canción es uno de los medios mas representativos para introducir al niño en el mundo de la música, dado que a través de ella, ya fuera escuchándola o asumiéndola como una actividad, se pone en juego elementos imponderables; el ritmo, la entonación, la inclinación. El niño nace al mundo del arte popular a través de una sabia conjunción de poesía y música. Ese mundo poético convocado por las primeras manifestaciones aumenta su valor afectivo y su fuerza comunicativa cuando va acompañado de una melodía . La Finalidad de la enseñanza de la música es Colaborar con el proceso educativo, a los efectos de lograr el integral desarrollo del individuo.

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Sergio Aschero ha dicho que…
Numerofonía de Aschero: la escritura musical de los wichí.


Los wichí son una comunidad aborigen que habita zonas del norte de la Argentina, en las provincias de Formosa, Salta y Chaco.
Precisamente desde la localidad de El Potrillo, en el Departamento Ramón Lista de Formosa, el doctor en musicología Sergio Aschero fue convocado, por jóvenes wichí integrantes del Grupo Sacham y con el apoyo de la Fundación Niwok para enseñar su sistema de lectoescritura musical.
Estos jóvenes, con un promedio de edad de 24 años aproximadamente, se proponían concretar, la realización de Talleres de Formadores Musicales con la Numerofonía. Se habían interesado muchísimo en el trabajo de Aschero, luego de leer un artículo sobre la Numerofonía y su creador, realizado por el periodista Luis Bruschtein en el diario Página 12.
Y así fue que comenzó una etapa maravillosa de viajes al monte del noroeste formoseño de Sergio Aschero y de la profesora Mirta Karp desde hace unos años y que ya produjo la primera promoción de Formadores Musicales.
Todos ellos ya están aplicando lo aprendido, los memas (maestros en la modalidad aborigen) lo hacen con sus alumnos (incluso los de nivel inicial, ya que este sistema permite que los niños desde los 3 años puedan leer y escribir música), otros que han venido de otras comunidades, lo están aplicando entre los suyos, y todos nos han transmitido la alegría de su gente y de ellos mismos, al poder aportar a sus comunidades la felicidad de poder hacer y disfrutar la música.
Gracias a la gran musicalidad y al sentido artístico que el pueblo wichí tiene, sumado a la maravillosa sencillez en el aprendizaje que propone la Numerofonía, fue posible que los alumnos participantes del taller pudieran encarar la tarea de componer el primer cancionero de su historia, donde tanto las melodías como los textos (en lengua wichí) son de su propia creación.
Esto constituye en sí mismo un hecho de enorme trascendencia, por lo que significa la recuperación histórica de su capacidad de crear y recrear su propia cultura a través de sus canciones.
La significación de todo lo logrado fue tan profunda que desembocó en la creación de un nuevo taller también dictado por Aschero y auspiciado por el Fondo Nacional de las Artes. Es el Taller de Creación de Instrumentos Musicales Originales, utilizando exclusivamente los elementos que la naturaleza en la que habitan (pleno monte) les proporciona y su propia creatividad, que les permite crear instrumentos de viento, de percusión, de cuerdas, no existentes ni en su tradición ni en su cultura.
Fue particularmente significativo el momento de dar nombre por primera vez a los instrumentos por ellos mismos creados y construidos. Esta formación apunta también a capacitarlos con el objetivo de generar micro emprendimientos que encararán los mismos jóvenes.
Esta experiencia con la comunidad wichí, es particularmente importante, en primer lugar, porque supone para nosotros, el descubrimiento de una cultura diferente con lo que esto tiene de maravilloso. En segundo lugar, porque los wichí no tienen registro de sus músicas ancestrales ya que han sido borradas por influencias externas (la evangelización anglicana).
Y también por el desafío de proponer a los jóvenes wichí la creación de sus propios referentes musicales desde el hoy, donde lógicamente la tradición ancestral vuelve a aflorar. Nuevas letras y nuevas músicas para este extraordinario pueblo, que ha tenido que adaptarse también a nuevas formas de vida, ya que siendo originalmente pescadores han debido transformarse en montaraces al escapar de las múltiples e incontrolables crecidas del río que siempre amaron tanto.
Esta es la primera experiencia de Aschero y su Numerofonía con un grupo originario de América que puede y debería replicarse en otras comunidades similares, cosa que paso a paso ya está comenzando a suceder.
Sergio Aschero ha obtenido muchísimos reconocimientos a lo largo de su vida y de su obra. El último, en el mes de junio de 2006, oportunidad en la que la "Numerofonía de Aschero es declarada de Interés Cultural por el Poder Legislativo de la Ciudad de Buenos Aires", (ver http://www.ascheropus.com.ar), distinción que fue otorgada por decisión unánime de la Legislatura y por iniciativa del reconocido músico, diputado "Chango" Farías Gomez.
Y otro de los más significativos para él ha sido que la Asociación Internacional de Músicos Andinos (AIMA) lo premiara con su mayor distinción, el Tumi de Oro, en reconocimiento a su labor investigativa y por la creación de la Numerofonía, y esto es porque, más allá de que Aschero no es un músico andino y tenga en cambio una gran formación académica, ha brindado, con su sistema, la posibilidad de que todos puedan tener una escritura musical que esté al servicio de su cultura y no en su contra.
La Numerofonía se desarrolla también en países como España e Italia, donde ha sido reconocida oficialmente por los Ministerios de Educación de ambos países, como sistema alternativo de educación musical. También en Filipinas, Chile, Brasil, Uruguay, Argentina, entre otros, tanto en ámbitos universitarios o escolásticos de grandes ciudades como en pequeñas poblaciones o en comunidades indígenas, porque se apoya fundamentalmente en una lógica de tipo objetual a la cual nadie puede contradecir porque oponerse a ella es oponerse a la propia ciencia. Esto permite que por ejemplo un niño de tres años, una persona con discapacidad o un adulto de cualquier lugar del mundo y de cualquier cultura puedan leer y escribir música desde el primer momento sin pasar por el absurdo de los bemoles y sostenidos. Al ser la música un lenguaje que solamente es leído por el 5% de la humanidad y al tener derecho el 95% restante a tener un lenguaje que los represente, la Numerofonía viene a otorgar la posibilidad de leer, crear, y tocar música sin exclusiones.
La educación es una ciencia viva y que debe ser siempre revolucionaria. Los lenguajes y los códigos son invenciones humanas que envejecen y pueden ser superados.
Ya ha sucedido por ejemplo, con el reemplazo de los números romanos a los arábigos, porque éstos resultaban más efectivos para las operaciones matemáticas, lo que constituyó una verdadera revolución en la ciencia.
Hay códigos que pertenecen a los museos y otros a la gente.
La Numerofonía de Aschero pertenece a la gente.

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