Entrevista




“Recuerdo mi vida en la academia de música, donde prácticamente vivía; mis compañeros de estudios, mi maestro Albuerme y todo ese ambiente estudiantil que me embriagaba”.
Así respondió el maestro al preguntarle si tenía algún recuerdo significativo de su niñez en Hato Mayor del Rey, localidad que lo vio nacer en la República Dominicana.
Nos referimos a Porfi Jiménez, un personaje importante en la historia de la música popular bailable del siglo XX en Venezuela.
El azar nos contactó. El había llamado para saludar a un compañero y yo, ni tonto, ni perezoso, aproveché para expresar mi admiración por su trabajo y mi interés de contribuir a que los dominicanos recordemos a un hermano noble y hombre de talento, además de estar pendiente de las cosas que, en los últimos años, han estado pasando en su carrera. Ese fue el primer contacto para empezar a redescubrirlo, a través de algunas preguntas puntuales.
Y precisamente en Enero del 2007, el maestro Jiménez tuvo el privilegio de dirigir la Orquesta de las Naciones Unidas, gracias a la invitación que le hiciera el departamento de cultura de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Latin World Shop Society para ofrecer un concierto de su repertorio de jazz y música latina.

Alexis Méndez (AM): ¿Puede hablarnos de esa experiencia con la Orquesta de la Naciones Unidas?
Porfi Jiménez (PJ): La dirección de cultura de la ONU siempre hacen actos con artistas de diferentes países, grupos típicos o personas destacadas. Ese fue mi caso, ya que he sido un trabajador incansable de la música en Venezuela, por más de 50 años. He grabado tantos discos, tanto con mi orquesta, como con otros artistas. Por más de 20 años grabé, yo solo, todos los artistas del sello Velvet y por otros 20 años fui el mayor vendedor de música popular para el sello Sonográfica. Como comprenderás, todo eso va dando un gran background que un día te lo reconocen.
Aparte de eso, hace 8 años comencé a darle forma a mi gran pasión musical: El Jazz. Después de estudios en Berklee School Music de Boston y constantes investigaciones, formé una banda de Jazz. Con mis arreglos, empecé a ensayar con los mejores músicos; esto causó una gran impresión, tan asombrosa en todo Venezuela, que hoy en día soy considerado y respetado como algo especial en la música.
Todo fue conocido en la dirección de Cultura de New York. Entonces ellos planificaron hacer un concierto en Homenaje al maestro Ray Santos y Porfi Jiménez. Acepté la invitación y a New York me fui con mi música. El maestro Santos dirigió la primera parte del conciertos, con su jazz latino y yo dirigí la segunda parte con mi jazz clásico. Fue realmente espectacular para mí.
Casi nadie podía creerlo. Pero la gran prensa Venezolana me apoyó como un verdadero hijo de este país.
(AM): Permítame ir a los inicios de su carrera. ¿En los tiempos que trabajó como músico en Santo Domingo, había algún intérprete que admiró y el cual le inspiraba a seguir sus pasos?
(PJ): Nelio Rosario, primer trompeta de la orquesta Angelita, era mi admirado; yo quería tocar como él, pues era un músico muy inteligente. Y cuando llegara a ser director, quería ser como Papa Molina, otro muy inteligente.
(AM): ¿Puede contarnos como llega a Venezuela?
(PJ): En Santo Domingo, se me estaba haciendo muy difícil la cosa. Una noche, si no es por Santamaría (Abrahán Santamaría), director de la Voz Dominicana, el señor Petan me hubiera matado. Me mandaron preso, donde estuve cinco días incomunicado.
Entonces decidí que no podía seguir allí y mi amigo Héctor de León me ayudo a llegar a Venezuela.
(AM): ¿Si Porfi Jiménez tendría que mencionar un tema que identifique a su banda a través del tiempo, cual sería este?
(PJ): Yo diría que “Culucucú”. Tengo dos discos de platino por las ventas de este tema, las cuales superaron las 500,000 copias.
(AM): ¿En que rol se siente más cómodo, en el de director de orquesta o en el de arreglista?
(PJ): En ambos, porque uno trae al otro. Soy feliz cuando dirijo mis arreglos.
(AM): ¿Con cual o cuales intérpretes se ha sentido más complacidos de trabajar?...si nos puede decir la razón, díganosla.
(PJ): Quedé muy complacido de trabajar con Blanca Rosa Gil y Felipe Pirela, y la razón es que estos eran dos profesionales, mil por mil.
(AM): ¿Qué género musical prefiere a la hora de arreglar y/o interpretar?
(PJ): Cualquier género es bueno. Depende de la calidad de la melodía.
(AM): ¿Qué música escucha Porfi Jiménez en momentos de ocio?
(PJ): Amo el jazz, y por supuesto la música clásica. Adoro las sinfonías de Mahler, sobre todo la 5ta. y la extraordinaria música de Tchaikovsky. Me gusta, cuando se trata de popular, el merengue bien echo que se hace allá, como el de Juan Luís Guerra.
(AM): ¿Qué cosas hacen que Porfi Jiménez se sienta un hijo de Venezuela?
(PJ): Venezuela fue para mí como una madre que adopta un niño, le prodiga cuidado, amor, cariño. Y por supuesto, tiene que haber cariño en ese niño para la señora que lo cuida. Amo a Venezuela como a República Dominicana, la madre biológica de ese niño.
(AM): ¿Qué cosas hacen recordar sus raíces dominicanas?
(PJ): Muchas. En el cerebro de una persona están siempre guardados todos los recuerdos de su vida, y yo viví en Santo Domingo hasta los 25 años. Todos esos recuerdos los tengo en mi cerebro.
En estos momentos, el maestro está escribiendo un merengue para voz femenina y que lleva por titulo “Quiéreme”. Este formará parte de su próximo álbum. Además está inmerso en los preparativos para la grabación de su jazz big band.
Para finalizar, quiero invitarles a que sigan dando seguimiento a la carrera de Porfi Jiménez. Pueden entrar a su sitio de Internet,
http://www.porfijimenezysuorquesta.com/.
“Espero pronto estar por allá (República Dominicana) y abrazarme con mi gente, pues hace algún tiempo que no nos vemos”. (Porfi Jiménez).

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